Las flores más preciosas son las primeras en abrir, con las notas opulentas de la sensual flor de Datura, una flor que nace de las arenas con una luminosidad desconcertante. Su pasión se ve contrarrestada por la gelidez de las notas de la radiante amapola azul del Himalaya.
Este dúo queda entonces rodeado por un coro de flores tiernas: mimosa, junquillo, freesia, rosa y flor de vainilla, una partitura blanca y amarilla que evoca el esplendor de un jardín estival bañado por el sol.

